Dentro de todo problema hay una oportunidad.
Esta frase de Robert Kiyosaki, englobada en sus enseñanzas sobre educación financiera para la vida, nos aporta una luz de esperanza y nos da la clave para salir adelante.
Cierto es que a diario nos encontramos con todo tipo de situaciones no previstas, que, aparentemente” complican nuestros planes. Cuando más controlado parece estar todo, más nos afectan los acontecimientos contrarios a nuestro plan de vida, generando preocupación, incertidumbre y miedo.
Cuando el problema aparece, la mayoría de las personas se centran en él de forma negativa, es decir, sólo ven lo contrariados que están en ese momento, lo mal “que les viene” esa situación y lo difícil o imposible que creen que será salir de ella.
Una de las formas más improductivas e inútiles de reaccionar ante un problema es quejarse de él!!
No sirve de nada y sólo nos enfoca en la negatividad y la ceguera para encontrar la solución.
Si además hacemos partícipes a las personas de nuestro entorno, lo más probable es que todos alimenten nuestros miedos e incertidumbres, ya que los seres humanos tendemos a fijar nuestra atención en la adversidad, en vez de ver la oportunidad.
Pero el problema sigue ahí. Entonces, qué hay que hacer?
Los problemas nos dan la oportunidad para analizar, salir de los pensamientos negativos y ver las cosas desde fuera, como si fuésemos ajenos a nosotros mismos. Con esa perspectiva, podremos tomar la responsabilidad de la situación y elegir las soluciones más adecuadas.
Lo que necesitamos es un cambio de mentalidad.
Con el cambio de mentalidad adecuado, desarrollaremos en primer lugar habilidades que, tal vez, ni sabemos que tenemos, como la creatividad, nuestra capacidad analítica y resolutiva, la visión y actuación pragmática y nuestra capacidad de tomar acción desde un punto de vista positivo y realista.
Lo primero de debemos hacer es analizar la situación. ¿Por qué hemos llegado a ella? ¿es algo que no podemos controlar en absoluto o es una situación provocada por nuestro comportamiento y/o actitud?
La sinceridad con nosotros mismos ayudará a que podamos contestar a estas preguntas de forma que la respuesta nos resulte útil, en vez de regodearnos en la negatividad y la queja, que a ningún sitio lleva.
Analizado el problema en sí, lo siguiente es enumerar las consecuencias que creemos que va a tener en nuestra vida, y profundizar en los pensamientos que nos hacen centrarnos en esas consecuencias. ¿Realmente es tan grave? ¿Estoy emitiendo juicios y haciendo cábalas sobre situaciones hipotéticas sin más base que mis propias creencias?
¿Estoy adelantando situaciones y reacciones de otras personas, sin saber cómo será la realidad?
Debemos frenar todo pensamiento que no sea basado en la realidad y la practicidad. Inventarnos qué va a pasar, sin más fundamento que nuestras creencias y juicios, sólo lleva a adentrarse más en el problema y a minar nuestra capacidad gestora y de resiliencia, ya que no estamos viendo la realidad tal cual es, y nos estamos dejando guiar por nuestros miedos e inseguridades.
Y hablando de miedos, ¿Sabes lo que es? Pues el miedo es una emoción desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, que ya ha pasado, está pasando o creemos que pasará.
El miedo nos permite ser precavidos, pero también es la principal causa de ceguera ante la solución de un problema. El miedo no se elimina solo, pero si puede razonarse y controlarse, para que no nos frene en la solución de las vicisitudes de la vida.
Una vez hemos analizado el problema y las posibles consecuencias (reales, no inventadas por nosotros), nos queda ver las distintas soluciones. Y llegado a este punto, nos hacemos una pregunta muy interesante: ¿Lo que me está pasando es realmente malo? ¡¡Porque muchas veces no es así!!Ya sabes, Dentro de todo problema hay una oportunidad!
Como ya hemos dicho, tendemos a ver como negativo para nuestra vida todo aquello que se sale de lo previsto o deseado, pero si valoramos las nuevas posibilidades que el problema nos genera, tal vez nos llevemos una grata sorpresa. Veamos un ejemplo!
– Marta ha ido a la oficina como cualquier día y le han presentado una carta de despido. “Circunstancias de las necesidades de la empresa” la ponen de repente en la inseguridad de perder su trabajo, su único ingreso fijo.
Tiene una sensación de presión en el estómago y ganas de llorar. Tenía planes para cambiarse a un piso más grande (y más caro) y acababa de comprar un viaje para sus vacaciones.
Marta llega a casa, se permite unas horas para lidiar con sus miedos, tener pensamientos desagradables y recrear en su mente un montón de supuestas situaciones, todas dramáticas, que va a provocarle la pérdida de su trabajo.
Pero al llegar la noche Marta se sacude los miedos, los pensamientos negativos y levanta su maltrecha autoestima. Analiza la situación:
– Bueno, tengo algo de dinero ahorrado para vivir 4 meses sin ingresos. Tengo tiempo para buscar otro trabajo, o incluso emprender.
– Soy abogada, y llevaba trabajando casi 3 años en el bufete, ejerciendo un trabajo de necesidades muy inferiores a mis conocimientos. La verdad es que no me sentía realizada en absoluto, y mi única motivación es la seguridad económica que me proporcionaba. Es la oportunidad para buscar algo acorde a mis capacidades.
– Mañana me pongo a llamar a mis contactos, reactivo mi cuenta de Linkedin, y paralelamente a la búsqueda de trabajo, voy a informarme de las posibilidades que tengo de emprender mi propio despacho como abogada.
Marta ha tenido un “duelo” muy corto, de apenas unas horas, y ya ha tomado las riendas de su “problema”, que se ha convertido en oportunidad. Nunca habría dado el paso de buscar algo mejor, o incluso de trabajar por su cuenta, si esto no le hubiese pasado. Ya ha aprendido que dentro de todo problema hay una oportunidad.
Tomará acciones dentro de las posibilidades que se le ofrecen, de trabajar por cuenta propia o ajena, y dará los pasos necesarios, con compromiso y constancia, para su nueva situación, que ahora ve como una oportunidad muy interesante. Se siente motivada y hasta agradecida a sus antiguos jefes por haberla despedido.
En EDUCACIÓN FINANCIERA PARA LA VIDA vemos muchos casos así. Personas que no han sabido superar la pérdida de ingresos fijos y tampoco disponían de la educación financiera adecuada, por lo que sus ahorros no eran suficientes y sólo tenían una fuente de ingresos. Vivir literalmente “ al día”.
Pero con una adecuada orientación, todo el mundo tiene la oportunidad de, no sólo salir adelante, sino de aprender nuevos hábitos, capacidades e incluso, generar una nueva situación mucho mejor que la anterior.
Cambia tu mentalidad y mira los problemas de frente, siendo realista, sin imaginar posibilidades sin fundamento real, y aprovecha la oportunidad que te da el problema de mejorar en tu vida. Se puede, y se debe!! Recuerda siempre: Dentro de todo problema hay una oportunidad!